POR CIPRIÁN A. CABRERA BERNAT
Cosío Villegas hace una crítica de la crítica de Justo Sierra y Emilio Rabasa sobre la Constitución de 1857. Sierra escribió sus artículos en el periódico La Libertad, de enero de 1878 hasta abril de 1880, a inicios del porfiriato (Cosío Villegas, p. 35). Rabasa publicó su libro La Constitución y la dictadura en 1912; «parece que Rabasa lo escribió en 1910, concluyéndolo a tiempo de darle una copia del primer borrador a Porfirio Díaz antes de abandonar el poder y el país en mayo de 1911; se sabe más fijamente que en agosto de 1911 el manuscrito había alcanzado su forma definitiva y que la edición apareció en los primeros meses de 1912» (Ibídem, p. 65).
Para refutarlos, Cosío se basa principalmente en la historia del período de la República Restaurada: «las críticas de Rabasa y sus temores no pueden fundarse en los 10 años, de 1867 a 1876, únicos durante los cuales la Constitución se puso a prueba cotidiana, sincera y lealmente» (p. 94).
Rabasa considera que la Constitución de 57 hizo imposibles los gobiernos de Juárez y Lerdo al dar mucho más poder al legislativo que al ejecutivo. Cosío afirma que Juárez y Lerdo gobernaron con la Constitución y además propusieron cambios en ella para corregir este desequilibrio; Díaz por su parte la fue haciendo a un lado «hasta convertirla en una palabra vana y sin sentido» (Ibídem, p. 136).
Cosío considera que en el período de 1867 a 1876 hubo democracia en México y que, en lo general, la Constitución funcionó bien. Dice que si el mexicano hubiese perseverado, habría alcanzado una democracia sólida, «pero pronto desesperó de la libertad que no le traía instantáneamente la paz y el progreso material […] Ese cambio en las preferencias del mexicano, en su filosofía de la vida y en su moralidad pública, fue lo que hizo fracasar la Constitución de 57» (p. 160).
Hay también un problema jurídico de fondo: Sierra y Rabasa quieren una constitución real, pragmática, que se cumpla y para Cosío las constituciones no deben decir «simplemente cómo son las cosas, sino cómo deben ser, convirtiéndose así en meta ideal hasta la cual ha de levantarse el país si es capaz y digno de mejorar» (Ibídem, p. 55).
Libro comentado
Daniel Cosío Villegas, La Constitución de 1857 y sus críticos; texto introductorio de Luis González y González, prólogo de Andrés Lira; México, FCE-Clío-El Colegio Nacional, 2007 (primera edición 1957); 254 p.
˝Dura lex sed lex˝.
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